En un punto de mi libro hablo de la importancia de conocer nuestros orígenes, en ese fragmento menciono brevemente cómo conocí a mi abuelo, cuál es la imagen que tengo de él, porque tradicionalmente el día 2 de noviembre siempre íbamos al cementerio con mis padres y la foto de su lápida es la que tengo en mi memoria.
Si bien es algo que tenemos que tener presente a diario, en este día en particular también me gusta reconocer a las personas que ya no están con nosotros, y que han sido parte importante de nuestras vidas, en especial tengo amigos que se han ido por H1N1 y por COVID-19, Gabriel y Esteban, con quienes trabajé en proyectos personales, compartimos diferentes cosas y siempre los recordaré con mucho aprecio.
Hoy me puse a reflexionar sobre las personas que ya no están y que me han aportado cosas a mi carrera y a mi vida y me hizo muy bien sentirme cercano a ellos de nuevo.
Fue una linda experiencia y te invito a que la practiques también, que pienses en aquellos que ya no están aquí contigo, que te acuerdes de ellos, puede ser alguien que te haya ayudado a crecer profesionalmente, a obtener un puesto de trabajo, un mentor, o alguien que te haya enseñado algo, lo mínimo que sea, cada detalle cuenta.
Si te gustaría hacerlo, te comento cómo lo hice.
Siéntate en una silla, coloca una música relajada, cierra los ojos y medita y trae el recuerdo de alguien que ya no esté y que recuerdes alguna anécdota o algo que te haya enseñado o te haya ayudado con algo. No te justifiques si la primera persona que te viene a la mente es alguien que te enseñó más o menos que otro, la idea no es buscar al más influyente de tu vida, sino al primero que venga a tu mente, y pienses lo que te ha enseñado y agradece.
Cómo te comenté, piensa en el primero que te venga a la mente, y no te juzgues.
En mi caso pensé en Alfredo, un gerente de operaciones de una empresa que trabajé hace 20 años y me pidió un cambio en el código de barras de los productos, para poder identificar con uno o dos dígitos las familias de los productos, para que al mirar el código sepa su categorización, recuerdo que me dio su explicación del porqué y me dio varios ejemplos de como utilizarlo en la empresa, fue la primera vez que había escuchado algo así, no fue la llave de la caja de pandora, pero abrió la mente en ese aspecto y probablemente en muchos más a lo largo de mi carrera.
Quien es recordado nunca muere.
¡Gracias Alfredo!
Gracias a todos los que han compartido su sabiduría conmigo y hoy ya no están entre nosotros.
Si puedes, regálales y regálate unos minutos al pensar en ellos.
Un enorme abrazo.
Fabricio De los Santos
